Nuestros ancestros que habitaban lo que hoy es Nicaragua antes de su descubrimiento por el Almirante Cristóbal Colón en su último viaje el 12 de Septiembre de 1502, ejercían el comercio en forma variada, para ello realizaban diferentes actos de comercio y para darles certidumbre los anotaban en diferentes formas, es decir llevaban cuentas o hacían CONTABILIDAD a su manera.
Como consecuencia de las expediciones de comercio los caciques realizaban largas travesías, algunas de las cuales están tejidas con bellas leyendas como la de la Laguna Robada por los brujos de Managua, contada por Don Gratus Halftermayer en su obra Complemento de la Historia de Managua. Resumiré la leyenda: “De regreso a Managua, el cacique de esta región y su comitiva, hizo un receso en El Salvador, donde fue muy bien atendido por el cacique del lugar y su corte. Durante el festejo el cacique que era muy buen mozo y joven se enamoro de la hija de su anfitrión y después de contarle las bellezas de su tierra, la princesa decidió venirse con él, pero al pasar por la laguna donde muchas veces había nadado con las demás princesas rompió a llorar diciendo: “Adiós mi lagunita, si pudiera llevarte”. Sí podemos llevarla dijo el mancebo y después de varios conjuros recogió toda el agua de la laguna en el cascarón de un huevo de Guajolote o pavo montés y se lo llevaron, pero al llegar a Managua el raptor al mostrar el cascarón donde llevaba la laguna encantada se le cayó en un profundo barranco, cráter de volcán extinguido, con lo que se forma la laguna de Tiscapa, robada por los brujos”.
He hecho la anterior narración para dejar sentada la existencia de transacciones entre los aborígenes de Nicaragua y sus vecinos, Guatemala, El Salvador, Honduras, lo que los tiene que haber obligado a dar seguridad a las mismas por medio de anotaciones que realizaban en diferentes materiales, es decir, hacían o llevaban contabilidad, utilizando lo que les servía de moneda, cacao, etc.
Durante la colonia española los reyes enviaron frecuentemente Oidores y Veedores Reales a verificar el comportamiento de los capitanes generales y otras autoridades. Por lo que hace a Nicaragua, por REAL CEDULA expedida en Valladolid, el 1 de Junio de 1527, apenas 25 años después del descubrimiento del 12 de Septiembre de 1502, se da al Licenciado Francisco de Castañeda, instrucciones precisas para ejercer el cargo de CONTADOR Y VEEDOR; es importante notar que el nombrado no era un simple tenedor de libros pues tenía el título de Licenciado, pero como también era Alcalde Mayor lo que resultaba incompatible, se le ordenó seguir sólo con el cargo de Alcalde Mayor. El mismo Licenciado Francisco de Castañeda en ejercicio de su cargo de Alcalde Mayor, por providencia dictada en León el 9 de Enero de 1529 ordena a los Contadores Andrés de Cereceda y Juan de Ampudia rindan cuenta a que estaban obligados. Había verdadero celo de las autoridades coloniales con el ejercicio del Cargo de Contador.
Durante el tiempo que duró la Colonia en Nicaragua las formas de llevar cuentas por los aborígenes fueron sustituidas por las practicas españolas hasta ser totalmente eliminadas por los sistemas contables traídos por los conquistadores y sus empleadores.
Proclamada la Independencia de Centroamérica el 15 de Septiembre de 1821, como consecuencia de las ambiciones políticas se produce una serie de acontecimientos que hacen cambiar continuamente la situación de las diferentes parcelas que componían la Capitanía General de Guatemala, pero indudablemente que las practicas contables establecidas por los colonizadores siguieron practicándose y que solo cambiaron con el advenimiento de nuevas prácticas acordes con el avance de la ciencia. En el periodo del Jefe de Estado don José Zepeda (1835- 1837), se restableció y reorganizó el Tribunal de Cuentas (CONTRALORÍA COLEGIADA). Esto demuestra que con anterioridad a dicha fecha este Tribunal de Cuentas existió como medio de control establecido por las autoridades españolas y que había sido abolido por los altibajos de la política imperante en el país.
Sin duda que las prácticas contables siguieron observándose en Nicaragua. En el año 1891, aparece la obra TENEDURÍA DE LIBROS, escrita por don Valeriano F. Torres, un verdadero tratado sobre la materia en aquellos tiempos. Esta obra por decreto legislativo del 2 de noviembre de 1891 fue mandada a imprimir por cuenta del Estado y declarada texto oficial para los establecimientos de enseñanza de la República. En la exposición Centroamericana de Guatemala en 1897 obtuvo Medalla de Oro.
Indudablemente que la Contabilidad siguió avanzando en Nicaragua, comenzando a proliferar los establecimientos de enseñanza de la materia, ya para 1919, por decreto del 29 de Julio, el Poder Ejecutivo aprobó el Reglamento y Plan de Estudios y los Programas de la Escuela de Comercio que en la ciudad de Managua fundó el señor Vicente Alvarez, el que se terminó de publicar en La Gaceta, Diario Oficial, No. 193 del 25 de agosto de 1919. Con el avance del siglo XX muchos fueron los Centros de Estudios en que se enseñaba Teneduría de Libros o Contabilidad como decían en sus anuncios. Algunos de sus dueños o Directores fueron verdaderos autodidactas que elaboraron sus teorías con las que enseñaban a sus alumnos.
Entre los principales centros donde se enseñaba teneduría de libros o contabilidad recuerdo las siguientes:
- En Managua; Gonzalo A. Zapata, Deogracias Rivas, Francisco C. Martínez, Fidel Saballos, Julieta Matamoros de Morán, Silviano Matamoros, Helena Matamoros de Duzzi, Alan Burns, etc.
- En León; Colegio Mercantil del Profesor Aubert, continuado por el profesor Max Somarriba y la Escuela Siempre Adelante del doctor Francisco Plata López.
- En Chinandega; los del doctor Antonio Tijerino Altamirano y Carmelina Dávila de Tijerino, profesor Ascensión Oviedo.
- En Bluefields; Instituto Cristóbal Colón y Escuela Morava.
Exámenes de grado ante un Tribunal de la Escuela de Comercio.
En las principales ciudades del país también hubo centros en que se enseñaba la materia de Teneduría de Libros o Contabilidad.
Por decreto del 28 de marzo de 1940 se creo el PLAN DE ESTUDIO PARA LAS ESCUELAS NACIONALES DE COMERCIO Y LOS PROGRAMAS PARA LAS MISMAS. El rato. 5 de este decreto estableció que en las escuelas de Comercio se podrían hacer estudios para obtener el título de Contador Mercantil y Contador Público y Auditor. Para Contador Mercantil el Plan de Estudio fue de 4 años. Para Contador Público y Auditor se requería tener el título de Contador Mercantil y cursar dos años más. Además acreditar buena conducta, hacer práctica en casas comerciales de primera categoría, durante un año por lo menos y presentar una tesis original sobre problemas económicos, fiscales, bancarios, etc., de Nicaragua.
Con el anterior decreto terminó la anarquía existente en los centros que impartían enseñanza comercial, pues antes del mismo cada centro imponía sus propios planes de estudios y reglamentos. El Plan de Estudio contenido en el decreto del 28 de marzo de 1940 fue el primer Plan de Estudios Oficial para todas las Escuelas de Comercio de Nicaragua. Con él comenzó la tecnificación y especialización de los Estudios Contables. En 1945 el Ministerio de Instrucción Pública y Educación Física recomendó como una obra útil la titulada el CONTADOR FISCAL, escrita por el señor Eduviges Zepeda H., recomendación válida para todas las Escuelas del ramo.
Con la fundación de la Escuela Nacional de Comercio de Managua por decreto No. 13 del 30 de abril de 1948, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, del 10 de junio de 1948 se inicia la etapa contemporánea de la Educación Comercial en Nicaragua y en consecuencia de la carrera de Contaduría, aunque sólo se otorgaba el título de CONTADOR PRIVADO. Su reglamento interno se emitió por acuerdo No. 531 del mismo día, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, del 1 de julio de 1948.
El personal docente de la Escuela Nacional de Comercio, sobre todo el del área contable, fue cuidadosamente seleccionado destacándose los autodidactas don Juan Francisco Ruiz Martínez, Orlando Castro Téllez, Ricardo Bárcenas Bengoechea y otros, quienes formaron verdaderos contadores, que aunque llamados Contadores Privados tenían todas las aristas de verdaderos Contadores Públicos. Los maestros antes mencionados eran verdaderos autodidactas quienes para ese tiempo ya eran conocedores de los mejores tratadistas de contabilidad como: Finney and Miller, Patton, Norwestern, etc., y para los exámenes de graduación de los primeros egresados prepararon exámenes propios de Contadores Públicos. Con esto se llegó entre las empresas a aceptar sin condición a los egresados de esta Escuela que en su inicio tuvo gran prestigio.
Posteriormente, el Reglamento y Planes de Estudios de la Escuela Nacional de Comercio sufrieron varias reformas (decretos: del 12 de febrero de 1949, del 13 y 29 de abril de 1949, del 13 de febrero de 1950 y del 17 de febrero de 1950, visibles en La Gaceta, del 11 de marzo de 1949, del 17 de mayo de 1949, del 25 de febrero de 1950 y del 6 de marzo de 1950).
Por acuerdo del 24 de abril de 1950, publicado en La Gaceta del 1 de junio de 1950 se estableció un nuevo Plan de Estudios para la Escuela Nacional de Comercio. Los egresados de los centros de estudios particulares para obtener el título profesional tenían que rendir los exámenes de grado ante un Tribunal de la Escuela de Comercio.
En Noviembre de 1951, se efectuó en la ciudad de México, la segunda conferencia Interamericana de Contabilidad, la primera se realizó en San Juan, Puerto Rico, en 1949. Para ese tiempo no se había fundado el Colegio de Contadores Publicos de Nicaragua, pero asistieron a esa conferencia Delegados en representación de la Escuela Nacional de Comercio. Los delegados fueron: Rubén Gutiérrez Ruiz (nicaragüense radicado en México, Presidente), profesor Pedro A. Ruiz Ibarguen (don Pedrito), Daniel Tapia Mercado (Secretario) y Emilio Pereira Arce. Por decreto No. 10 del 21 de mayo de 1952, publicado en La Gaceta, Diario Oficial, se creó la Escuela Nacional Nocturna de Comercio, el mismo decreto creó los planes de estudios que rigieron a partir del año lectivo 1952/53. Por decreto del 6 de mayo de 1954 se unificaron todos los planes de estudios tanto para las Escuelas Nacionales como particulares que impartían las carreras de Contador Privado y de taquimecanógrafos comerciales.
En el mismo local de la Escuela Nacional Nocturna de Comercio comenzó a funcionar la ESCUELA DE CONTADORES PUBLICOS DE NICARAGUA, bajo la dirección del Ing. Rogelio Alva Sartorio, la dirección pasó posteriormente al Lic. Manuel Otero Hernández. Esta escuela graduó a los primeros contadores públicos de Nicaragua, también preparó a las personas favorecidas por la disposición de los artos. 35 y 36 de la Ley para el Ejercicio de Contador Público para que obtuvieran el Título correspondiente.
El decreto ejecutivo No. 10 del 14 de mayo de 1954, fijó en tres años el Plan de Estudios para obtener el título de Contador Público, fijando como requisito para ingresar a la carrera en su artículo 3, lo siguiente:
- Ser bachiller en Ciencias y Letras; Contador Mercantil, Contador Privado, Contador Comercial y Fiscal.
- Acreditar buena conducta, por el testimonio de tres personas de reconocida honorabilidad.
- Presentar certificado de buena salud y además de haber sido vacunado contra viruela y fiebre tifoidea, también señalaba materias adicionales para los bachilleres y contadores; todo para nivelar los conocimientos de los aspirantes. También señalaba la obligación de hacer prácticas durante los tres años de estudios. Este decreto derogó el acuerdo No. 8 del 28 de marzo de 1940.
PRIMERA PROMOCIÓN
- Francisco López Bravo (q.e.p.d.)
- Rafael de Trinidad
- Pablo Martínez Chévez (q.e.p.d.)
- Luis Arnoldo Castillo Castillo
- Hernaldo Núñez Molina
- Manuel Otero Hernández (q.e.p.d.)
- Ignacio Pineda
- Luis Felipe Mongalo
SEGUNDA PROMOCIÓN
- Leopoldo Vargas Alvarez
- Roger Otero
- Armando Silva
- Bayardo Pérez Palma
- Lorenzo Román
- Arnoldo Galo Toruño
CONTADORES PUBLICOS GRADUADOS EN EL EXTRANJERO
- José Antonio Arguello (Nicaragüense) graduado en Costa Rica.
- Fred Donking (Inglés) (q.e.p.d.) graduado en Estados Unidos.
- Federico Cossío Fernández (cubano) (q.e.p.d.) graduado en Cuba.
- Salvador Navarro Naranjo (español) graduado en España.
- Pedro Miguel Fletes Rubio (hondureño) graduado en Honduras.
- Alberto García Moreno (nicaragüense) graduado en la Norwestern de los Estados Unidos.
Los 20 profesionales antes mencionados fueron los fundadores del Colegio de Contadores Publicos de Nicaragua en abril de 1959. El primer Contador Público Graduado en Nicaragua fue Hernaldo Núñez Molina, el 24 de mayo de 1957, su tesis versó sobre “EL SEGURO EN NICARAGUA”.
La Escuela de Contadores Públicos de Nicaragua inició sus labores en el mismo local de la Escuela Nacional Nocturna de Comercio, en un inmueble situado esquina opuesta a la Agencia Ford, comenzó a funcionar sin haber sido aprobado su funcionamiento, pero siendo Ministro de Educación Pública el doctor Crisanto Sacasa, aprobó la fundación de la Escuela y sus programas.
Antes de crearse el Colegio de Contadores Públicos de Nicaragua, no habían Contadores Públicos en el país, los primeros que se instalaron fueron el Lic. Fred Donking graduado en la “Universidad de LaSalle” en Chicago, Estados Unidos, diploma que le fue reconocido por el Ministerio de Educación Pública de Nicaragua, el segundo fue el Lic. José Antonio Arguello, a quien el Ministerio de Educación Pública, le reconoció su título de Auditor extendido en San José, Costa Rica el 11 de agosto de 1954. El título del señor Donking fue reconocido por el Ministerio por resolución No. 25 del 29 de julio de 1953 y el del Lic. José Antonio Arguello por resolución de las once y veinte minutos de la mañana del 4 de noviembre de 1954. Después de los antes mencionados llegaron al país otros Contadores Públicos, cuyos nombres hemos mencionado anteriormente.
Como Nicaragua comenzaba a tener relaciones comerciales de importancia los acreedores extranjeros exigían que los Estados Financieros de sus clientes fueran debidamente auditados por Contadores Públicos, así se instalaron en Nicaragua, las primeras firmas de Contadores Públicos Extranjeros.
Por resolución del 3 de agosto de 1958, el Ministerio de Educación Pública autorizó a la Sociedad “SALGADO, LARGAESPADA, REYES & CO. LTDA” para establecer y dirigir en esta ciudad una ESCUELA DE CONTADURIA PUBLICA, con sujeción a las disposiciones del decreto del 14 de mayo de 1954, posteriormente derogado por el decreto No. 5 del 18 de diciembre de 1968, actualmente vigente.
En 1959 hubo intento de fusionar la ESCUELA DE CONTADORES PUBLICOS DE NICARAGUA con la ESCUELA SUPERIOR DE CONTADORES PUBLICOS Y ADMINISTRACION, propiedad de la sociedad “SALGADO, LARGAESPADA, REYES & CO. LTDA”, intento que no fructificó. En su inicio la Escuela Superior de Contadores Públicos y Administración introdujo como materia extracurricular CONTABILIDAD MECANIZADA con máquinas Burroughs, que en aquellos tiempos era toda una novedad.
El Colegio de Contadores Públicos de Nicaragua fue creado por decreto ejecutivo No. 6 del 14 de Abril de 1959, publicado en la Gaceta, diario oficial No. 94 del 30 de Abril de 1959.
En su inicio, de conformidad con lo dispuesto por el arto. 34, el colegio se integro con profesionales egresados de la Escuela de Contadores Públicos de Nicaragua y con Profesionales Extranjeros debidamente incorporados al promulgarse la citada Ley.
Estos profesionales fueron:
NACIONALES
- Francisco López Bravo
- Rafael de Trinidad
- Pablo Martínez Chévez
- Luis Arnoldo Castillo Castillo
- Leopoldo Vargas Álvarez
- Róger Otero
- Armando Silva
- Bayardo Pérez Palma
- Hernaldo Núñez Molina
- Manuel Otero Hernández
- Ignacio Pineda
- Luis Felipe Mongalo
- Lorenzo Román
- Arnoldo Galo Toruño
EXTRANJEROS O GRADUADOS EN EL EXTRANJERO
- Fred Donkin
- José Antonio Arguello Castillo
- Federico Cossio Fernández
- Salvador Navarro Naranjo
- Alberto García Moreno
- Pedro Miguel Fletes Rubio
Antes de aprobado el decreto creador del Colegio de Contadores Publicos el 14 de Abril de 1959, funcionó para realizar las gestiones ante las autoridades correspondientes, dos directivas provisionales: La primera del 1ro. Mayo de 1957 al 30 de abril de 1958 y la segunda del 1ro. Mayo de 1958 al 30 de Abril de 1959. Ambas presididas por el Licenciado Manuel Otero Hernández. La primera Junta Directiva oficial funcionó del 1ro. Mayo de 1959 al 30 de Abril de 1960 y fue la siguiente:
- Presidente Manuel Otero Hernández
- Secretario Pablo Martínez Chevez
- Tesorero Hernaldo Núñez Molina
- Fiscal Luis Arnoldo Castillo
- 1er. Vocal José Antonio Arguello Castillo
- 2do. Vocal Bayardo E. Pérez Palma
- 3er. Vocal Salvador Navarro Naranjo
En la forma antes dicha funciona el Colegio sin Reglamento Interno hasta el 29 de Abril de 1967, en que el Presidente de la República doctor Lorenzo Guerrero, dicto el acuerdo no. 41-J, aprobando el reglamento de la profesión de Contador Publico y su Ejercicio. fue aprobado por la Asamblea General del Colegio.
El Colegio de Contadores Publicos de Nicaragua desde el inicio de sus actividades fue patrocinador de la AIC antes CIC; ya para el año 1962 en que se celebro la VI Conferencia Interamericana de Contadores en la cuidad de Nueva York del 26 al 29 de Septiembre, asistieron a ella representando a Nicaragua los Contadores Publicos, miembros del Colegio, Leopoldo Vargas y José Antonio Arguello, actuando como presidente el Primero.
A partir de 1962 Nicaragua ha sido regularmente representada en las distintas Conferencias Interamericanas de Contabilidad por miembros del colegio de Contadores Publicos de Nicaragua. Algunos de los miembros del Colegio ostentaron cargos Honoríficos dentro de la Asociación y sus delegaciones han sido numerosas.
El colegio ha mantenido a pesar de algunas dificultades internas un espíritu de superación Institucional. Ha mantenido un programa de Educación Continuada y ha realizado diferentes eventos de proyección Internacional.
En 1999 efectuó un Seminario Regional Interamericano de Contabilidad y derivado de la XXIII Conferencia Interamericana de Contabilidad celebrada en San Juan Puerto Rico. Realizo los días 29 y 30 de Noviembre, en el Hotel Camino Real de Managua el SEMINARIO REGIONAL INTERAMERICANO: ’’LA PROFESIÓN CONTABLE ANTE EL TERCER MILENIO”, bajo la presidencia del Lic. Cornelio Porras Cuellar, que fue todo un éxito, tanto por la nutrida asistencia de profesionales como por la calidad de los expositores provenientes de los distintos países del continente americano.
En su trayectoria el Colegio de Contadores Publicos de Nicaragua ha tenido que resolver algunas dificultades internas originadas en un principio por rivalidades existentes entre miembros egresados de la ESCUELA DE CONTADORES PUBLICOS DE NICARAGUA y los egresados de la ESCUELA SUPERIOR DE CONTADORES PUBLICOS Y ADMINISTRACIÓN; después CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES. Esas rivalidades han sido totalmente superadas y más bien sirvieron para imprimir mas dinamica a la institución y despertar el interés por la carrera de Contaduría Publica.
Para el año lectivo 1966-1967 la Junta Directiva de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNAN-MANAGUA acordó abrir la carrera de CONTADURÍA PUBLICA. Para esa misma fecha, también establecieron la carrera la UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA (UCA) Y la UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE NICARAGUA (UPOLI). Al ingresar al Colegio los egresados de estas universidades la rivalidad afloro entre los egresados de las universidades y los egresados de las otras escuelas, rivalidad que hoy ha desaparecido totalmente.
Al momento de su creación el Colegio de Contadores Publicos de Nicaragua no tuvo Sede fija, fue hasta el año 1965 que rento un local ubicado en la 4ta. Avenida S.O. entre 1ra. Y 2da. Calles de igual rumbo de esta ciudad en el que estableció una modesta biblioteca destruida en parte por el terremoto de 1972.
Después del terremoto de 1972 el colegio obtuvo la donación del terreno que ocupa su actual Sede, para construir el edificio original. Esta donación se obtuvo con la valiosa cooperación del Licenciado Alberto Basset, en este entonces funcionario del Distrito Nacional.
Durante el año 1975/76 ejerció la Presidencia del Colegio el Lic. Gustavo Moncada Estrada, quien con el apoyo de todos los miembros de la Junta Directiva, logró hacer realidad la suprema aspiración de todos los colegiados, tener edificio propio. Para ello se tuvo que hacer diferentes gestiones con diferentes constructoras para conseguir una que realizara la obra en las condiciones posibles para el Colegio, finalmente se seleccionó la firma PREFANICSA que convino en efectuar la obra por la suma de C$204,600.00 con la condición de llaves entregadas. Concluido el acuerdo con la constructora el siguiente problema era el financiamiento, lo que se obtuvo después de algunos episodios desagradables con INDESA que era una financiera del grupo BANIC, finalmente se obtuvo financiamiento, se otorgó las garantías exigidas por INDESA por el préstamo que en total fue por la suma de C$170,000.00. La parte final de la construcción del edificio sede fue realizada durante el período de la siguiente Junta Directiva 1976/77 bajo la presidencia del Lic. René González Castillo. El crédito obtenido por INDESA fue cancelado en su totalidad. La inauguración del edificio se efectuó en el semestre julio-diciembre 1977 bajo la Presidencia del Licenciado Oswaldo Herrera Alegría. Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista de 1979 el Colegio de Contadores Públicos sufrió su mayor crisis.
En primer término, miembros de los C.D.S quisieron invadir sus instalaciones alegando nulidad de la donación del terreno, posteriormente los emisarios de la Dirección Nacional del F.S.L.N a pesar de un trabajo del CPA Alfredo Artiles de fecha 27 de junio de 1980, que fijaba la posición del Contador Público en el contexto de la Revolución Sandinista, con contenido muy favorable a la Revolución, quisieron imponer con una serie de presiones un proyecto de LEY DE REGULACION DEL EJERCICIO PROFESIONAL elaborado por una comisión Ad-Hoc del F.S.L.N, la membresía del Colegio con valentía y prudencia logró imponer el criterio de la profesión evitando que el anteproyecto del F.S.L.N se convirtiera en Ley.
Después del anterior episodio, el Colegio siguió desarrollando sus funciones aunque con algunas dificultades. Su profesionalismo se ha hecho sentir al punto que a la fecha es miembro de CONAPRO, donde tiene una representación.
La Directiva 1999-2000 se ha fijado la meta de construir una nueva sede para el Colegio para lo que cuenta con una donación de un terreno apropiado que dé cupo a las necesidades actuales de la Institución. La construcción del edificio, con todos los adelantos necesarios, espera lograrla con una donación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). No ha descuidado la actual Junta Directiva la cooperación con los Profesionales y dentro del mismo paquete de ayuda del BID ha incluido un programa de asistencia a las firmas de Contadores Públicos registradas en el Colegio.
Debe el Colegio procurar por todos los medios posibles que como Institución rectora de la profesión contable su opinión oficial sea tomada en cuenta por las Instituciones del Estado en ocasión de dictar leyes que afecten el ejercicio profesional y hacer efectiva la disposición contenida en el arto. 9 de su Ley Creadora que ordena a los jueces, tanto civiles como penales, nombren siempre como peritos a Contadores Públicos Autorizados cuando tengan que resolver asuntos que requieran conocimientos contables. También debe gestionar para hacer realidad la emisión del Dictamen Fiscal debidamente reglamentado.